A pesar de ser Santiago una de las ciudades más seguras del continente, los santiaguinos sienten miedo. Hay una serie de hechos que causantes de este sentimiento: desde varios terremotos hasta la dictadura y luego un severo proceso de privatización que, en los últimos años, “no se preocupa por la modernización como política emancipatoria”.

Este libro rápido, sugerente, sagaz, comienza con las leyendas de unas postales que representan la fachada feliz de la nueva ciudad neoliberal, sigue con la descripción de movimientos ciudadanos como ese que impide que sean demolidos lugares de doloroso recuerdo, y termina con performances colectivos y reveladores donde una cantidad inesperada de santiaguinos y santiaguinas se desnudan para un fotógrafo en un parque emblemático, dejando ver inquietantes conexiones entre represión, necesidad de exhibir la desnudez y deseos colectivos de participación.

Ese es el Santiago imaginado por sus ciudadanos, revelado por la escritura amarga, pero sincera e intensa de dos reconocidos ensayistas profundamente comprometidos con visionar otro futuro. Distintos lugares de la metrópoli, ceremonias ciudadanas, miradas transversales sobre el mundo, dejan advertir un modo de ser y de sentir de una importante ciudad latinoamericana que, desde otras perspectivas, es vista como modelo exitoso y posibilidad futura para la totalidad del continente.